¡Qué chicharrón!
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¡Qué chicharrón!

10 marzo, 2017

Y es que las palabras que adoptamos para connotar ciertas palabras a veces suelen ser entretenidas, se les puede dar variado significado según la cultura. ¿Qué se imaginan cuando se menciona la palabra “chicarrón”?

Si tienen hambre y les gusta, lo más normal es que se imaginen la figura de un chicharrón de cerdo carnudo y tostado con su particular aroma y sabor. Pero sin duda alguna también recordarán ese momento en el que sin pensarlo estaban metidos en un rollo que parecía no tener salida.

Sí, estamos hablando precisamente de esos chicharrones que se forman a diario cuando olvidamos algo, cuando se nos pasó poner algo determinante en un entregable, cuando se acabó el material para la entrega que debemos tener lista a la 6:00 de la mañana y son las 3:00 de la madrugada o cuando simplemente no tenemos la solución a esa situación y no vemos la luz de salida a tiempo.

Tener un chicharrón denota que el grado de dificultad para resolver la situación es demasiado alto, que para encontrar la salida necesitamos poner a funcionar esas manos expertas y la mente rebuscadora y creativa que solo se activa en momentos extremos, cuando más nos sentimos presionados… al borde del precipicio.

Es allí cuando logramos ver la luz que viene del pequeño agujero y ponemos en marcha el plan, el que consideramos la escapada perfecta a esa misión imposible.